Hay restricciones para pagar con monedas en tiendas y depósitos bancarios, y además ha disminuido el uso de efectivo. No solo los más jóvenes usan más tarjetas o teléfonos móviles, sino que los métodos de pago electrónicos están ganando popularidad en todos los grupos de edad. Sin embargo, aunque el uso de efectivo ya no es tan común, Hacienda sigue vigilando de cerca el funcionamiento y los movimientos de este medio de pago.
Se rebaja el máximo de efectivo con el que pagar en los comercios
En julio del año pasado, el Ministerio de Hacienda decidió rebajar el importe de la suscripción de monedas y billetes en moneda fiduciaria, lo que limitaba las compras al por mayor a 1.000 euros en efectivo. Quienes excedan este límite se enfrentarán a una penalización del 25% del monto máximo de pago, en base al monto total pagado.
En muchos casos optamos por ir al banco y dejar esas monedas que tenemos acumuladas, que se vuelven un poco complicadas de pagar, ya sea porque son en cantidades muy pequeñas (centavos) o porque tenemos demasiado dinero para emitir. En estos casos acudimos a la entidad bancaria para que nos faciliten los ingresos pertinentes y puedan deshacerse de todo el efectivo, o intentamos pagar con ellos en la tienda. Pero hay una cosa que debemos tener en cuenta: tanto los establecimientos comerciales como los bancos pueden negarse a aceptar una determinada cantidad de monedas y negarse a pagar. Así que no hay necesidad de ir a la tienda y lidiar con toneladas de monedas de veinticinco centavos. La cantidad máxima que una persona puede utilizar para realizar un pago en efectivo se establece en la Orden Comunitaria CE 2169/2005, que establece que «ninguna de las partes estará obligada a aceptar más de 50 monedas por pago«.
Por supuesto, la excepción es «la autoridad emisora y el personal expresamente designado por la legislación nacional del estado miembro emisor».
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